Cuando uno ha quedado completamente despojado del yo, cuando todo falso dios es excluido del alma, el vacío es llenado por el influjo del Espíritu de Cristo. El tal tiene la fe que purifica el alma de la contaminación. Queda conformado con el Espíritu, y obedece a las cosas del Espíritu.
Jesús se ofrece a cada alma enferma de pecado, a cada alma que se esfuerza por vencer. El Espíritu Santo está intercediendo por cada luchador sincero..
Dios os ha dado el derecho de aferraros a él mediante la oración de fe. La oración creyente es la esencia de la religión pura, el secreto del poder para cada cristiano…
Tomaos tiempo para orar, para investigar las Escrituras, para poner el yo bajo la disciplina de Cristo. Vivid en contacto con el Cristo viviente..
La capacidad de gozar de las riquezas de gloria será desarrollada en proporción al deseo que tengamos de esas riquezas.
Si permitimos que las exigencias y cuida-dos del mundo absorban todo nuestro tiempo y nuestra atención, nuestras facultades espirituales se debilitan y mueren por falta de ejercicio.
En una mente completamente entregada a cosas terrenales está cerrado todo acceso por el cual pueda entrar luz del cielo.
Estamos viviendo entre los peligros de los últimos días y debería-mos cuidar toda avenida por la cual Satanás pueda acercársenos con su tentación…
Un mero asentimiento a la verdad nunca salvará un alma de la muerte. Debemos estar santificados por la verdad; debe vencerse cada defecto del carácter, o nos vencerá y será un poder para mal.
Comenzad sin demora a desarraigar cada raíz perniciosa del jardín del corazón, y mediante la gracia de Cristo no permitáis que allí florezcan plantas, excepto las que lleven fruto para vida eterna (En los lugares celestiales.
Extractado de:
Notas de Elena | Martes 28 de noviembre 2017 | La carne o el Espíritu | Escuela Sabática