(Poza Rica, Ver. 26
de marzo 2013) La congregación adventista Chapultepec realizamos el mandato de
Jesucristo del Rito de humildad y Santa
Cena, el sábado 24 de marzo, en el templo Chapultepec dentro del Culto Divino.
La solemne ceremonia
estuvo a cargo de los ancianos Jorge García Cobos y Heriberto Sierra Hernández
y asistidos por las diaconisas Andrea Bautista de Flores y María Elena García
Vda. de Aróstegüi, participando los
hermanos bautizados.
El primer himno que
entonamos fue: Comprado con Sangre de Cristo:
“Comprado
con sangre por Cristo, / gozoso al cielo ya voy; / librado por gracia infinita /
cual hijo en su casa estoy. / Coro: Por él, por él / comprado con sangre yo
soy; / con él, con él / con Cristo al cielo yo voy. / Soy libre de pena y
culpa, / su gozo él me hace sentir, / él llena de gracia mi alma, /
con él es tan dulce vivir. / En Cristo Jesús yo medito, / en todo momento y
lugar; / por tantas mercedes de Cristo / su nombre me gozo en loar. / Yo sé que
me espera corona, / la cual a los fieles dará; / me entrego con fe al Maestro, /
sabiendo que me guardará.”
Se entonaron himnos
adorando al Cordero Rey y alabándolo por su amor y misericordia de haber muerte
en la cruz en lugar nuestro; se oró al Padre pidiendo su presencia, se le
solicitó acepte esta ceremonia que realizamos en cumplimiento de su mandado; el
perdón de nuestros pecados y que nos unja con su Espíritu Santo.
El anciano Jorge García
proyectó y explicó esta creencia de la Iglesia Adventista y su significado,
después se realizó el lavamiento de pies en los anexos, al regresar, los ancianos leyeron pasajes de las Santas
Escrituras acerca del Rito de humildad:
"Antes de
la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que
pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto
en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo
Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había
salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y
tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a
lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que
estaba ceñido." Juan 13:1 – 5.
Y de su
importancia:
"Pedro le
dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no
tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino
también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita
sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque
no todos." Juan 13:8-10.
"Pues si
yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis
lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como
yo os he hecho, vosotros también hagáis." Juan 13:14, 15.
Acto seguido se
pasó a los anexos donde por separado hombres y mujeres se lavaron los pies, asi
como los esposos. Se retornó al salón donde se continuó la ceremonia leyendo los
versículos relacionados al pan y al
vino:
“Y mientras
comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y
dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo." Mateo 26:26.
"Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio,
diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que
por muchos es derramada para remisión de los pecados." Mateo 26:27, 28.
Se procedió a
participar de los emblemas entregados por los ancianos. Cabe mencionar que el
vino que tomó Jesús era sin fermentar y el pan sin levadura, pues así lo marcan
las Sagradas Escrituras:
"Por siete
días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere
leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación
de Israel." Éxodo 12:19.
"Y os digo
que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que
lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre." Mateo 26:29.
Nota: La palabra original y traducida como leudado es
"fermentado". El fermento o levadura es símbolo de pecado, y estaba
prohibido tomar cualquier tipo de alimento fermentado o leudado durante la
semana previa y el día de Pascua.
El anciano recordó la
promesa registrada en Apocalipsis 19:9.
"Y el ángel
me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas
del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios."
Por último, hicimos un gran
círculo y todos tomados de la mano
cantamos el himno Iglesia de Cristo:
Iglesia de Cristo, / reanima tu amor
/ y espera, velando, / a tu augusto Señor. / Jesús, el Esposo, / vestido de
honor, / viniendo se anuncia / con fuerte clamor. / Si falta en algunos
el santo fervor, / la fe sea en todos / el despertador. / Velad, compañeros, / velad
sin temor,
que está con nosotros / el Consolador. / Quien sigue la senda /
del vil pecador, / se entrega en los brazos / de un sueño traidor. / Mas para
los siervos / del buen Salvador, / velar esperando / es su anhelo mejor.
Este comentario se escribió
con el auxilio de: Estudiar la Biblia: La cena del Sr.
http://estudiarlabiblia.blogspot.mx/2011/04/111-la-cena-del-senor.html
