domingo, 7 de agosto de 2011

EN EL TEMPLO INDEPENDENCIA.


DE VISITA EN EL TEMPLO CHAPULTEPEC.



“Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón, contaré todas tus maravillas”. Salmo 9:1



Este sábado me invitaron a la iglesia adventista de la colonia Independencia, y como no tenía participación en la que  regularmente asisto, acepté ir. 

Me desperté temprano, a las 6 de la mañana, ya listo me quedé esperando en la sala, vi por la ventana que estaba nublado, fresco, amenazando lluvia, me gustan los días así, que la temperatura esté más o menos a 18 ºC.

Ya en la calle, no pasaba nadie a quien pedirle ayuda para abordar la unidad,  llegamos a la iglesia justo cuando empezaba el servicio,  los diáconos me preguntar amablemente donde quería ubicarme,  me quedé atrás para no interrumpir. Me sentí muy bien llegar al templo, los hermanos me saludaban al pasar, unos estrechando las manos, otros dándome palmadas, tocándome la cabeza, o diciéndome adiós con la mano; dos niños muy sonrientes me dieron la mano, _Erick y Memo_ luego se fueron a sentadas junto a sus padres.

Después de hacer la oración de llegada, comenzaron  los himnos de alabanza, se oían hermosos, todos cantamos parejitos, pues estaban escritos en la pantalla, acompañados con piano, y dirigidos por el director de canto; oramos, le pedí a Dios por mis padres, que les ayude a llevar su ancianidad, son 93 y 75 años, y gracias a Él, tienen ánimo de seguir viviendo; oré por mis hermanos carnales, mis primos, por los dirigentes de la iglesia y de nuestro país; luego transmitieron por video el Informe misionero, viene de la División Centro Occidental de Africa, aquí viven 350 millones de personas, en 22 países, hay 850 mil adventistas, y nos comentan de los avances de la obra allá; luego continuó el repaso de la lección que versó acerca de la adoración, “es la respuesta del cristiano a los poderosos actos  de Dios” que maravilloso es adorarlo porque él nos hizo y porque dio su vida por nosotros y muy pronto volverá para llevarnos; un nuevo grupo musical de jóvenes cantó 2 alabanzas más, y en el Culto Divino nuestro hermano Juan Carlos nos habló de Cristo, nuestra única esperanza.

Luego todos juntos, compartimos los alimentos, unos llevaron un guiso otra familia otro, y juntos saboreamos la rica comida que Dios nos dio, y de la amistad de los hermanos.  Hay un árbol de humo como de 12 metros de alto, sus frondosas ramas nos protegieron de la resolana, rápidamente pusieron mesas y sillas, mi hermana Alicia me dio de comer en la boca, hay días que los dolores del hombro, los codos o de los dedos no me permiten comer yo solo, platicamos un buen rato, por la tarde regresamos de nuevo. Hermoso día de reposo y adoración, me sentí tan dichoso y agradecido al señor por mantenerme vivo, por darme una familia, y muchos amigos.

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