La iglesia adventista del séptimo día de la colonia Chapultepec
tuvo a bien celebrar a los niños el sábado 27 de abril , pasando con sus familiares,
amigos y maestros un día muy agradable.
En los diferentes departamento los niños escucharon
historias del amor de Dios que tiene por la humanidad; pintaron cuadros
alusivos; a su vez, en el Culto Divino,
dos niños acompañaron al pastor Enrique Sánchez Vázquez y al anciano Jorge
García Cobos en la plataforma anunciando los himnos de adoración y las oraciones de gratitud; El pastor basó su
inspirador mensaje en 2da de Reyes 5 del 1 al 19:
Sanidad de Naamán
5 El
rey de Aram sentía una gran admiración por Naamán, el comandante del ejército,
porque el Señor le había dado
importantes victorias a Aram por medio de él; pero a pesar de ser un poderoso
guerrero, Naamán padecía de lepra.[a]
2 En ese tiempo, los saqueadores
arameos habían invadido la tierra de Israel, y entre sus cautivos se encontraba
una muchacha a quien habían entregado a la esposa de Naamán como criada. 3 Cierto
día, la muchacha le dijo a su señora: «Ojalá que mi amo fuera a ver al profeta
de Samaria; él lo sanaría de su lepra».
4 Entonces Naamán le contó al rey
lo que había dicho la joven israelita. 5 «Ve a visitar al
profeta —le dijo el rey de Aram—. Te daré una carta de presentación para que se
la lleves al rey de Israel».
Entonces
Naamán emprendió viaje y llevaba de regalo trescientos cuarenta kilos de plata,
sesenta y ocho kilos de oro,[b] y diez
mudas de ropa. 6 La carta para el rey de Israel decía:
«Mediante esta carta presento a mi siervo Naamán. Quiero que lo sanes de su
lepra».
7 Cuando el rey de Israel leyó la
carta, horrorizado, rasgó sus vestiduras y dijo: «¡Este hombre me manda a un
leproso para que lo sane! ¿Acaso soy Dios para dar vida y quitarla? Creo que
sólo busca pelear conmigo».
8 Sin embargo, cuando Eliseo,
hombre de Dios, supo que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras en señal
de aflicción, le envió este mensaje: «¿Por qué estás tan disgustado? Envíame a
Naamán, así él sabrá que hay un verdadero profeta en Israel».
9 Entonces Naamán fue con sus
caballos y carros de guerra y esperó frente a la puerta de la casa de Eliseo; 10 pero
Eliseo le mandó a decir mediante un mensajero: «Ve y lávate siete veces en el
río Jordán. Entonces tu piel quedará restaurada, y te sanarás de la lepra».
11 Naamán se enojó mucho y se fue
muy ofendido. «¡Yo creí que el profeta iba a salir a recibirme! —dijo—.
Esperaba que él moviera su mano sobre la lepra e invocara el nombre del Señor su Dios ¡y me sanara! 12 ¿Acaso
los ríos de Damasco —el Abaná y el Farfar— no son mejores que cualquier río de
Israel? ¿Por qué no puedo lavarme en uno de ellos y sanarme?». Así que Namaán
dio media vuelta y salió enfurecido.
13 Sus oficiales trataron de hacerle
entrar en razón y le dijeron: «Señor,[c] si el profeta le hubiera pedido
que hiciera algo muy difícil, ¿usted no lo habría hecho? Así que en verdad
debería obedecerlo cuando sencillamente le dice: “¡Ve, lávate y te curarás!”». 14 Entonces
Naamán bajó al río Jordán y se sumergió siete veces, tal como el hombre de Dios
le había indicado. ¡Y su piel quedó tan sana como la de un niño, y se curó! 15 Después
Naamán y todo su grupo regresaron a buscar al hombre de Dios. Se pararon ante
él, y Naamán le dijo:
—Ahora sé
que no hay Dios en todo el mundo, excepto en Israel. Así que le ruego que
acepte un regalo de su siervo.
16 Pero Eliseo respondió:
—Tan
cierto como que el Señor vive, a
quien yo sirvo, no aceptaré ningún regalo.
Aunque
Naamán insistió en que aceptara el regalo, Eliseo se negó. 17 Entonces
Naamán le dijo:
—Está
bien, pero permítame por favor cargar dos de mis mulas con tierra de este
lugar, y la llevaré a mi casa. A partir de ahora, nunca más presentaré ofrendas
quemadas o sacrificios a ningún otro dios que no sea el Señor. 18 Sin embargo, que el Señor me perdone en una sola cosa:
cuando mi amo, el rey, vaya al templo del dios Rimón para rendirle culto y se
apoye en mi brazo, que el Señor me
perdone cuando yo también me incline.
19 —Ve en paz —le dijo Eliseo.
Así que
Naamán emprendió el regreso a su casa.
El pastor extrajo varias
enseñanzas de este pasaje bíblico, entre ellos que los jóvenes y niños también
son útiles para su servicio si se toman de la mano del
Señor; momentos después se procedió a la ceremonia bautismal de 2 jovencitas, por
la tarde, Daniel Lugo presentó para honra y gloria de Dios un bello concierto con 10
hermosas melodías, y al oscurecer, se
despidió el santo sábado, se rompieron piñatas, se repartieron bolsitas
con dulces, se compartió una rica merienda y se saboreó un rico pastel.
Así mismo, se editó un video que con gusto
presentamos.
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