martes, 18 de junio de 2013

Concilio de Primavera en Battle Creek señala el 150° aniversario de la iglesia

abr 13, 2013 Battle Creek, Michigan, United States
Elizabeth Lechleitner/ANN
En una réplica del salón de reuniones donde Elena White, la pionera y profetisa de la Iglesia Adventista del Séptimo habló en cierta ocasión durante diez horas sobre el Gran Conflicto, los líderes de la iglesia mundial se reunieron en el día de ayer para conmemorar el 150° aniversario de la iglesia.



El Segundo Salón de Reuniones está ubicado en el campus de la Aldea Histórica Adventista en Battle Creek, el lugar de nacimiento de la Iglesia Adventista y el sitio del Concilio de Primavera de este año, una reunión administrativa bianual de la Junta Directiva de la iglesia, que es su principal organismo de gobierno.
Los delegados recibieron un curso acelerado sobre historia adventista, en el que también se mencionaron algunos de los eventos más desconocidos de la formación temprana de la denominación, un sólido énfasis en aprender las lecciones del pasado y, por sobre todo, un llamado a rencender el entusiasmo que tenían los primeros adventistas por la segunda venida de Cristo.
“Jamás tenemos que perder el sentido de que falta poco [para la segunda venida de Cristo]”, dijo el historiador adventista Jim Nix a los delegados. “Esto es lo que los pioneros creían fervientemente”.
Nix, que dirige el Patrimonio White, exploró durante una presentación matutina las raíces tempranas de la iglesia en Battle Creek. Cuando el pionero de la iglesia José Bates llegó por primera vez a ese pueblo rural de Míchigan, dijo Nix, preguntó al director de la oficina de correos local por “el hombre más honesto del pueblo”, con la esperanza de que ese hombre se mostrara abierto al emergente mensaje adventista. Ese hombre era David “Penny” Hewitt, un vendedor ambulante tan honesto que cuando sin querer cobraba un centavo de más a un cliente, se sentía obligado a arreglar las cosas inmediatamente, dijo Nix.
Después de que un “culto matutino” a cargo de Bates se extendiera hasta la noche, Hewitt y su esposa Olive se convencieron del sábado como día de reposo y de la doctrina del santuario y llegaron a ser los primeros adventistas de Battle Creek. En 1860, David habría de sugerir el nombre “adventista del séptimo día” para la denominación, tres años antes de que estableciera en forma oficial.
Los delegados también aprendieron sobre lo que el historiador adventista Merlin Burt denomina “los desvíos espirituales de los líderes” durante la formación temprana de la iglesia.
“La Biblia no oculta las debilidades de las personas de fe; por ello, no deberíamos contar una historia incompleta de nuestros pioneros”, dijo.
Burt, que dirige el Centro de Investigación Adventista de la Universidad Andrews en la cercana Berrien Springs (Míchigan), aprovechó la oportunidad para defender la reputación de un hombre que muchos adventistas han visto con luz desfavorable por considerarlo un legalista.
Ese hombre, George Ide Butler, se vio enredado en un acalorado debate con otros líderes adventistas tempranos en relación con la doctrina de la justificación por la fe. Butler rechazó esa idea, aduciendo que aflojaba las riendas de la ley de Dios.
Para 1888, la salud de Butler estaba muy deteriorada. Había sido “empujado” hacia el liderazgo de la Asociación de Ohio después de que dos disidentes, Snook and Brinkerhoff, cuestionarion la autoridad profética de Elena White e inesperadamente abandonaron la iglesia, dijo Nix. Más tarde, Butler sería durante dos períodos presidente de la Iglesia Adventista.
Butler se jubiló y fue a vivir en una granja de cítricos en Florida, donde cuidó de los naranjos y de su esposa Lentha, que había sufrido un accidente cerebrovascular debilitante. Años después, en una carta, Butler dijo que ese ambiente le dio amplias “oportunidades para reflexionar”, y que admitió que sus errores eran “múltiples”. Ya suavizado por la apacible reflexión, Butler aceptó plenamente la doctrina de la justificación por la fe y regresó a la administración de la iglesia, siendo mentor de A. G. Daniels y de otros jóvenes miembros.
Burt, que afirmó que esta historia es “redentora”, instó a los delegados para que apliquen esas lecciones a su propio liderazgo.
“Aunque Dios obra y nos transforma, nuestras limitaciones siguen presentes”, dijo Burt. “Es de esperar, sin embargo, que cuando dependemos de Dios, podemos ser más humildes en nuestras opiniones, más comprensivos hacia los demás, menos críticos, y tratar de comprender y cuidar de los demás. Cuando nos volvemos conscientes de la misericordia de Dios, esto nos hace más misericordiosos también a nosotros y podemos ser líderes más efectivos”.
Durante el receso de mediodía, los delegados fueron testigos de la colocación de la piedra fundamental en dos nuevos edificios del campus de la Aldea Histórica Adventista: las réplicas de la primera casa editora de la iglesia y del primer instituto de reforma pro salud allí en Battle Creek.
Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, flanqueado por los presidentes de las trece divisiones mundiales de la iglesia, levantaron palas azules en el aire para la foto, en amplio contraste con la llovizna gris que oscurecía el lugar.
“Ojalá que este sea un recordatorio de la importancia de transferir la verdad por medio de la palabra hablada y escrita”, dijo Wilson, al referirse a la futura casa publicadora.
Durante una presentación en la tarde, Delbert Baker, vicepresidente de la Iglesia Adventista mundial exploró la manera en que el método misionero de la iglesia la puso a la vanguardia de la defensa de la igualdad.
Los primeros adventistas, dijo Baker, tuvieron que enfrentar la esclavitud, la igualdad y otros “temas determinantes” de mediados del siglo XIX. La iglesia fue establecida oficialmente dos años antes del fin de la Guerra Civil, que enfrentó los estados del norte con los del sur de los Estados Unidos en una sangrienta batalla sobre la esclavitud, los derechos de los estados y la preservación de la nación.
Elena White aconsejó a primeros adventistas para que permitieran que los “principios bíblicos intemporales” orientaran su enfoque de las relaciones raciales. Al usar Lucas capítulo 4 en lo que Baker llama un “modelo misionero”, los adventistas fueron muy claros al expresar la creencia de que la Biblia llamaba a ministrar a todas las personas y hacía un llamado a los cristianos para que “liberaran a los prisioneros”.
En efecto, dijo Baker, los primeros adventistas eran un grupo diverso, bien representado por sexo, edad y etnia. Un ex esclavo llamado Charles Kinney llegó a ser el primer pastor de color de la iglesia. La misionera Anna Knight fue la primera mujer de color en hacer obra misionera en la India.
El progreso, sin embargo, “no fue accidental” o, en ocasiones, “fácil”, recordó Baker a los delegados. A menudo requirió “empujar a los miembros” y la “confrontación de Elena White”.
Los primeros adventistas también discutían si organizarse formalmente como iglesia, un tema que analizó Barry Oliver, presidente de la Iglesia Adventista en la División del Pacífico Sur. Los primeros pioneros como Jaime White eran fervientes en sus llamados para “salir de Babilonia”, lo que en un primer momento de interpretó que significaba dejar las religiones organizadas y regresar a la simpleza del evangelio.
Sin embargo, el colapso financiero y la necesidad urgente de financiar la obra misionera llevó a la Iglesia Adventista a abrazar la organización formal.
“El desarrollo de la misión dio un claro impulso a la idea de organización”, dijo Oliver, añadiendo que primeros líderes tenían en claro en advertir que “cuando al estructura inhibía la misión, había que cambiarla”.
La organización formal llevó a un crecimiento marcado de la iglesia en todo el mundo. Cuando se estableció oficialmente la denominación en 1863, había 3 500 adventistas, Para comienzos del siglo XX, los miembros sumaban 75 mil en América, Europa, el Pacífico Sur y otros así llamados “campos misioneros”.
Durante un segmento de preguntas y respuestas, un delegado le preguntó a Oliver si temía que la tensión actual entre la sede central de la iglesia y las regiones locales pueda perjudicar la unidad de la iglesia. Algunas unidades administrativas de la iglesia han desafiado últimamente a la iglesia mundial respecto del tema de la ordenación de la mujer.
“Ustedes me están pidiendo ser profeta”, dijo Oliver, provocando la risa de los delegados. Entonces pensó por un momento, y recomendó un “equilibrio” saludable entre la sede central de la iglesia y las administraciones regionales.
“Como iglesia somos resilientes, pero tenemos que resguardar la unidad en forma apropiada”, dijo.
Tomado de ANN

En Battle Creek, las presentaciones de la tarde destacan las lecciones de la historia

abr 14, 2013 Battle Creek, Michigan, United States
Mark A. Kellner/Adventist Review and Elizabeth Lechleitner/ANN
En último término, pareció apropiado que un archivista (en este caso, David Trim, de la Iglesia Adventista mundial), sintetizara dos días de presentaciones que reflexionaron sobre los 150 años desde que se organizó formalmente la denominación.
“Es el sueño de un historiador”, dijo Trim en la tarde de ayer ante una audiencia de directivos reunidos en la Aldea Histórica Adventista. “Que los líderes de la iglesia se sienten durante dos días a escuchar de la historia. Tendría que suceder más a menudo”.
Los dos días de repaso histórico no fueron, sin embargo, solo un ejercicio académico. Por el contrario, las presentaciones buscaron ayudar a que los delegados al Concilio de Primavera de la Iglesia Adventista (una de los dos encuentros administrativos bianuales) comprendieran las raíces del adventismo actual, y que extrajeran lecciones de las vidas de los pioneros, primeros creyentes y aun apóstatas.
El fervor de los primeros adventistas en ocasiones se esfumó: Moisés Hull, que fue uno de los que sugirió el nombre “Iglesia Adventista del Séptimo Día”, más tarde apostató y se hizo espiritista. John Harvey Kellogg, líder de salud y educación de la iglesia en sus primeros años, construyó el afamado Sanatorio de Battle Creek, pero más tarde luchó contra el control de la iglesia, y en 1907 fue desfraternizado como resultado de su defensa de ideas panteístas. Hacia el fin de su vida, Kellogg reconoció sus errores al menos en privado, pero rehusó ser rebautizado por temor a crear controversias, dijo Bill Knott, editor de las revistas Adventist Review y Adventist World.
Es triste saber, dijo Knott, “que la historia de Kellogg terminó mucho antes de su muerte”, debido a su separación del movimiento.
Ella Simmons, veterana dentro del sistema educativo adventista que ahora cumple su segundo término como una de las vicepresidentes generales de la Iglesia Adventista mundial, habló del colapso de las instituciones centradas en Battle Creek: el sanatorio, que tomado por Kellogg y más tarde se quemó; la casa editora Review and Herald, también destruida por el fuego; y el Colegio Superior de Battle Creek, que en último término colapsó.
Simmons dijo que Elena G. White, una de las pioneras de la iglesia, había advertido a los directivos de la iglesia que no participaran de la “proliferación de edificios”, como lo llamó ella, en Battle Creek. White temía que la concentración de instituciones en un solo lugar llevaría a un pensamiento estrecho y perjudicaría la actividad misionera de la iglesia, explicó, y añadió que White más tarde llegó a decir en un artículo para la Adventist Review que los incendios fueron “necesarios”.
“No son los edificios o las instituciones lo que le da carácter a la iglesia, sino la fidelidad e integridad de sus obreros”, dijo Simmons. “Somos templos de Dios”.
A pesar de ello, destacó Simmons, los fracasos y problemas de Battle Creek fueron las cenizas a partir de las cuales surgieron instituciones tales como la Universidad de Loma Linda y la Universidad Andrews.
Simmons también repasó el desarrollo del sistema educativo adventista, que ahora conforma una red de 112 colegios superiores y universidades y unas ocho mil instituciones educativas en todo el mundo, atendiendo a alrededor de 1.700.000 estudiantes. El establecimiento de un sistema educativo de la denominación fue una idea tardía para los primeros adventistas, muchos de los cuales cuestionaban el valor de invertir en la educación cuando se esperaba que el fin del mundo era inminente.
Jaime White, unos de los fundadores de la iglesia, estuvo entre los primeros partidarios de la educación adventista, al expresar: “El hecho de que Cristo viene pronto no es razón para no mejorar la mente”.
Los primeros adventistas tampoco se mostraron siempre comprometidos con la misión mundial. Pasó más de una década entre la fundación de la iglesia y el momento en que John Nevins Andrews se embarcó con rumbo a Europa como el primer misionero de ultramar de la denominación.
En su presentación del sábado por la tarde, Trim volvió a contar el cambio en las actitudes de los adventistas que llevaron a que la Iglesia Adventista pasara de predicar el mensaje solo en Norteamérica a un enfoque que llegara “a todo el mundo”.
En un principio, los adventistas estaban interesados en el lugar “providencial” de los Estados Unidos en la historia, dijo Trim. Se mostraban reacios a tomar las frases bíblicas “a todo el mundo” y “a toda nación” en forma literal, concluyendo que “no necesitaban salir del país para cumplir su destino profético”, explicó. En efecto, parte de la primera obra misionera de la iglesia fue alcanzar a las poblaciones inmigrantes de los Estados Unidos.
Para 1873, fue una vez más Jaime White que pidió un cambio. En un sermón, mencionó catorce veces que el mensaje adventista debía “ir a todos los pueblos”. En último término, dijo Trim, fueron los líderes de influencia como el caso de Jaime, el consejo profético de Elena White y la buena comunicación (informes constantes de Europa donde se detallaba la necesidad de hacer obra misionera en el continente) lo que llevaron a adoptar la misión mundial. Juntos, “estos implantaron pasión por la misión en el ADN adventista, que espero yo jamás sea quitado”, dijo Trim.
Al reflexionar sobre los cambios de enfoque y las cosas que llegaron a comprender los primeros líderes de la iglesia, el actual presidente de la iglesia mundial Ted N. C. Wilson agradeció a los presentadores de la tarde por destacar la necesidad de humildad y flexibilidad en el liderazgo, extrayendo esta lección de la vida del ex presidente de la iglesia George Ide Butler: “No se puede ser un líder y creer que uno lo sabe todo. Es necesario ir a la cruz cada día”, dijo Wilson.
Haciéndose eco del sermón de la mañana, el líder de la iglesia mundial también aprovechó la oportunidad para instar a los delegados a que no se vuelvan complacientes, sino que vuelvan a captar un sentido de urgencia respecto de la segunda venida. “¿Adónde vamos a partir de ahora?”, preguntó Wilson. “Usen las experiencias de este fin de semana para inspirar un regreso sin precedentes al mensaje de que Jesús volverá pronto. Seamos parte de este gran movimiento adventista”.
Al concluir las presentaciones de la tarde, Jim Nix, director del Patrimonio White, agradeció al ex presidente de la iglesia mundial Jan Paulsen quien, mientras estuvo en el cargo, fue el primero que sugirió que el Concilio de Primavera para conmemorar el 150° aniversario de la iglesia se llevara a cabo en Battle Creek.
Tomado de ANN

La Iglesia Adventista emergió en medio de debates sobre la estructura de la iglesia


jun 12, 2013 Silver Spring, Maryland, United States
Elizabeth Lechleitner/ANN

Nota del editor: Este informe es parte de una serie de artículos publicados este año, en que se cumple el 150° aniversario de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Una década después del Gran Chasco, el naciente  movimiento adventista se encontraba en otra encrucijada. Aunque 1844 había sacudido el núcleo doctrinal del movimiento, esta crisis, en cambio, hizo que los líderes debatieran cuestiones más tangibles.



“Alrededor de 1854, el movimiento casi se desintegra porque no pueden pagarle a sus ministros. Vemos que [John Norton] Loughborough estaba pidiendo por favor algo de pan”, dijo el historiador adventista David Trim. “Llegó a un punto que no tenía nada para sostener a su familia”.
Profundamente desalentados, en 1856 Loughborough, John Nevins Andrews y otros pioneros del movimiento se retiraron a Waukon (Iowa), donde esperaban dedicarse a la hacienda y ser misioneros. Pero el ambiente rural les brindaba pocas oportunidades de testificar, y el clima inclemente forzó a Loughborough a dedicarse en cambio a la carpintería.
Poco después, Jaime y Elena White, dos de los fundadores de la denominación, llegaron inesperadamente a ver cómo andaban estos obreros aparentemente negligentes.
“[Elena] encuentra a Loughborough y tres veces le dice: ‘¿Qué haces aquí, Elías?’ y de alguna manera lo conmina a regresar a la obra”, dijo Trim. White se refería así al profeta del Antiguo Testamento, que desconfió de Dios y se escondió en una cueva.
“A pesar de ello, ese es el momento cuando se dan cuenta de que tienen que hallar una manera de sostener a los ministros, y eso significa que cada iglesia necesita un tesorero”, dijo Trim.
Esta historia enfatiza el malabarismo que tuvieron que hacer los primeros adventistas: Aún se mostraban reacios a adoptar una estructura formal para la iglesia, pero cada vez quedaba más claro que por sí solo, no alcanzaba con el celo para dar a conocer el mensaje del evangelio.
A pesar de ello, era un tema muy tenso decidir de qué manera tenía que seguir avanzando la iglesia.
Para fines de la década de 1840, el movimiento adventista consistía de grupos diseminados y apenas conectados por medio de publicaciones periódicas tales como la “Advent Review & Sabbath Herald”, y de esporádicas conferencias sabatistas, donde los creyentes se reunían a analizar y, en muchas ocasiones, discutir sobre puntos más detallados de doctrina. “Difícilmente había dos que estuvieran de acuerdo”, dijo Elena G. White de la segunda conferencia, llevada a cabo en 1848.


En efecto, según el historiador adventista George Knight, se necesitaría “un liderazgo enérgico y orientado a los objetivos para formar un cuerpo de creyentes dentro de las condiciones caóticas del adventismo post chasco”.
A pesar de los temores persistentes de que la estructura de la iglesia equivalía a “Babilonia” (o a favorecer la religión organizada por sobre la simpleza del evangelio), líderes como los White y José Bates comenzaron cada vez más a hacer llamados resueltos de adoptar una estructura.
La organización formal, sostenían, le daría a la naciente iglesia los fundamentos financieros y legales que necesitaba para ser dueños de propiedades, pagar y enviar a los pastores, y determinar de qué manera las congregaciones locales deberían relacionarse entre sí y con el liderazgo de la iglesia.
Jaime White fue aún más allá, al sugerir que la estructura era una manera de constatar la buena mayordomía. En un artículo de la Review en 1860, dijo que era “peligroso dejar que el Señor haga lo que tenemos que hacer nosotros, y quedarnos entonces sentados haciendo poco, o nada”. Estaba preocupado especialmente por el ministerio de las publicaciones de la iglesia, que quería que estuviera registrado y asegurado “de manera legal”.
El impulso por la causa creció en los meses que precedieron a lo que llegaría a ser una asamblea definitoria en Battle Creek (Míchigan) en octubre de 1860. Allí, los White desafiaron a sus rivales a encontrar un pasaje bíblico en contra de la organización. Cuando sus opositores no pudieron hacerlo, el grupo decidió avanzar. Adoptaron una constitución para incorporar legalmente la asociación publicadora de la iglesia, amonestaron a las iglesias locales a “inscribir legalmente a las propiedades y templos de la iglesia” y escogieron un nombre para los creyentes diseminados: adventistas del séptimo día.
A comienzos de 1861, en otro congreso llevado a cabo en Battle Creek, los líderes de la iglesia en la región del Medio Oeste de los Estados Unidos realizaron otras tres recomendaciones, añadiendo al fundamento que habían establecido el año anterior. Allí se decidió incorporar legal y oficialmente la Asociación Publicadora Adventista, sobre la base de la formación de asociaciones en los estados o distritos, a la vez que se instó a las iglesias locales a que llevaran registros exactos de los miembros y financieros.
Los adventistas del Este de los Estados Unidos, dijo Knight, reaccionaron “contundentemente”, rechazando las recomendaciones y acusando a White y sus partidarios del Medio Oeste de apostasía.
White dijo que esta paralización se debía al silencio de los líderes destacados de la iglesia sobre el tema de la organización, dijo Knight. Elena White se mostró de acuerdo, deplorando una falta de “coraje moral” entre los líderes silenciosos. Ella había recibido una visión que indicaba que la “Babilonia” real era la confusión y el conflicto que acompañaba la desorganización.
“En lugar de estar unidos como pueblo, de crecer más fuertes, en muchos lugares somos poco más que fragmentos quebrados, aún desparramados y cada vez más débiles. ¿Hasta cuándo esperaremos?, escribió Jaime White en la Review en agosto de 1861.
Poco después, comenzó a surgir cada vez más el apoyo a la organización. En octubre, los adventistas de Míchigan fueron los primeros en organizar una asociación del estado. Durante los siguientes doce meses, los adventistas de otros seis estados lo imitaron. Con excepción de algunos focos de resistencia en la región Este, para 1862 el movimiento hacia la organización parecía imparable.


Sin embargo, sin un ente principal de gobierno, líderes como Jaime, White, Joseph Harvey Waggoner y Andrews estaban preocupados de que la iglesia perdiera los beneficios plenos de la organización. Propusieron entonces que cada asociación de los estados enviara un ministro, o “delegado”, a un congreso general, o “asociación general”. El factor que impulsó esto fue la necesidad de contar con un ministerio pastoral confiable. Si los pastores podían recibir los beneficios de la benevolencia sistemática, sostenía White, entonces la iglesia debía recibir los beneficios de la “labor sistemática”.
Así fue que en mayo de 1863, veinte delegados, diez de los cuales representaban a la Asociación de Míchigan, se reunieron en Battle Creek para organizar la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día “con el propósito de garantizar la unidad y la eficiencia en la labor, y de promover los intereses generales de la causa de la verdad presente, y de perfeccionar la organización de los adventistas del séptimo día”.
Los delegados también adoptaron una constitución, una constitución modelo para las asociaciones de cada estado y eligieron los principales directivos de la denominación: el presidente, el secretario y el tesorero. Aunque fue elegido en forma unánime, Jaime White rechazó el cargo de presidente, temiendo que el cargo afectara su campaña por la organización al ser considerado como “oportunista búsqueda de poder personal”, dice Knight. En su lugar, se eligió a John Byington como el primer presidente de la denominación.
Sin embargo, el hombre que estableció el marco de toma de decisiones de la iglesia ya era una de sus influencias más poderosas. White había introducido la idea de que si las acciones y prácticas no estaban “prohibidas por la Biblia y no violaban el sentido común”, eran legítimas, dijo Knight. Desafió así las interpretaciones estrictamente literales de la Biblia que apoyaban los primeros adventistas.
“Seguir con una comprensión más estrecha habría paralizado en gran medida la iglesia al tratar de avanzar a través del tiempo y la cultura”, dijo Knight.
Con una comprensión y una aceptación más amplia de la estructura, la iglesia llegaría a estar mejor equipada para refinar su identidad doctrinar y organizarse para la misión.
Tomado de ANN

viernes, 14 de junio de 2013

En Jamaica, adventista ciego es nombrado presidente del senado

mayo 23, 2013 Kingston, Jamaica
Nigel Coke
Floyd Morris hizo historia en el Parlamento de Jamaica la semana pasada cuando se convirtió en el primer ciego en ser nombrado presidente del Senado de Jamaica, la cámara alta del Parlamento de ese país.
Este adventista de 44 años es bien conocido en esa nación caribeña por su lucha a favor de las personas con discapacidades.
En su mensaje del pasado 17 de mayo en la ceremonia de jura, Morris citó Miqueas 6:8, el versículo de memoria de la Lección de Escuela Sabática de la semana pasada. “Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordiay humillarte ante tu Dios”.
En una entrevista, Morris dijo que la designación fue prueba de la fidelidad de Dios, y se produjo a pesar de años de incertidumbre sobre la dirección de su vida.
“Lo que ha sucedido me ha probado una vez más que mi Dios es real”, dijo.
La primera ministra de Jamaica, la Honorable Portia Simpson-Miller, dijo en una entrevista que ella “siempre ha admirado el sólido sentido de ética, la disciplina, y la conducta basada en principios del Senador Morris”.
“Creo que el Senado se beneficiará tremendamente de su liderazgo, y no tengo dudas de que seguirá siendo una inspiración para muchos, tanto en Jamaica como en el mundo”, dijo Simpson-Miller.
Morris dirige el programa radial “Ver desde una perpectiva diferente”, y trota de lunes a viernes con la ayuda de su chofer. En 1998 se había convertido en el primer senador ciego de Jamaica.
Morris comenzó a perder la vista a los 17 años debido a un glaucoma, y seis años después quedó completamente ciego.
Obtuvo la ayuda de la Sociedad Jamaiquina para los Ciegos, que le enseñó a leer y escribir en el sistema Braille. Desde entonces ha completado un título de grado en comunicaciones y una maestría en gobierno. Ahora está estudiando un doctorado en comunicación política.
“Las personas con discapacidades tienen que entender que vivimos en una era en la que están mejorando mucho las oportunidades para capacitar a las personas que las sufren, en especial en el contexto de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidades de las Naciones Unidas”, expresó.
Morris añadió que uno de los principales objetivos de este año parlamentario es sancionar la Ley Nacional de Discapacidad, por la cual ha abogado desde 1998.
Everett Brown, presidente de la Iglesia Adventista en Jamaica, dijo que los más de 270 mil miembros adventistas del país se sienten justamente orgullosos por la designación de Morris.
“A pesar de su impedimento visual, el senador Morris siempre ha demostrado su fe en Dios y una sólida voluntad cristiana de alcanzar logros, a pesar de las circunstancias”, dijo Brown. “Estamos seguros de que este compromiso con sus ideales cristianos, sumados a su amor por el pueblo de Jamaica y su impecable carácter, lo capacitará para servir al Senado de manera distinguida”.
Alrededor del diez por ciento de la población es adventista, y los miembros ocupan puestos destacados tanto en el gobierno como en el ámbito empresarial. Sir Patrick Allen, también adventista, es el gobernador general de la nación.

Con cánticos y oraciones, se recuerda en la sede central el 150° aniversario de la iglesia

mayo 22, 2013 Silver Spring, Maryland, United States
Ansel Oliver/ANN
Los empleados de la sede central de la Iglesia Adventista del Séptimo Día entonaron antiguos himnos “progresistas” y escucharon declaraciones de los principales líderes de la iglesia en una breve ceremonia durante la tarde de ayer que marcó el 150° aniversario de la denominación.
Fue el 21 de mayo de 1863 que un grupo de veinte delegados estableció oficialmente la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Battle Creek (Míchigan).
En el día de ayer, Jim Nix, director del Patrimonio White, dirigió los himnos “Long Upon de Mountains” y “O Brother, Be Faithful” del himnario original de 1861, el que usaron los fundadores de la iglesia en ese encuentro.
Nix dijo que los cánticos de animado ritmo fueron seleccionados sobre la base de una conversación que una vez tuvo con la nieta de White, quien le informó que a Elena White le gustaban los “himnos progresistas […], es decir, los himnos animados. A la abuela no le gustaban los himnos lentos”.
Otros presentadores fueron Marvin Robinson, un tataranieto de Elena White, y Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista.
“Este aniversario es un llamado para usted y para mí, para que avancemos en ese viaje […] revividos y reformados en él, capacitados por el Espíritu Santo para vivir los sueños y las esperanzas del mismo Dios según nos guíe el Espíritu Santo”, dijo Wilson. “Hoy día Dios nos está llamando para que jamás lo olvidemos ni sintamos temor”.
La ceremonia en el auditorio de la sede central, a la que asistieron unos cuatrocientos empleados, fue seguida de la inauguración de una muestra temporaria sobre historia adventista en el atrio adyacente.
Durante la ceremonia, la oración fue ofrecida por el Capellán del Senado de los Estados Unidos Barry Black, que es adventista. Su oración aparece aquí abajo en forma completa:
Autor y consumador de nuestra fe: Tú has sido nuestra Esperanza en el pasado, y eres nuestra Esperanza para el futuro.
Gracias por esta oportunidad de conmemorar el 150° aniversario de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y por el privilegio de inaugurar hoy aquí en la sede central una nueva exhibición sobre la historia adventista.
Señor, durante un siglo y medio, tú has usado esta iglesia para dar libertad a los cautivos, vista a los cielos, y libertad a los que sufren.
Perdónanos por esos capítulos de la historia en los que estuvimos desaparecidos en acción, no disponibles a la hora de ayudar a los perdidos, los solitarios y nuestros hermanos más pequeños. Señor, perdónanos por habernos quedado callados cuando deberíamos haber hablado, y por hablar cuando deberíamos habernos quedado callados. Perdónanos, oh Dios, por nuestros pecados de comisión y omisión. Reclamamos tu promesa de 1 Juan 1:9, de que si confesamos nuestros pecados, tú eres fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Gracias, Señor, por tu poder perdonador.
Síguenos desafiando por favor como iglesia cuando nos sentimos demasiado cómodos con nosotros mismos, cuando nuestros sueños se hacen realidad porque son demasiado pequeños, cuando llegamos seguros simplemente porque navegamos demasiado cerca de la playa.
Hoy nos comprometemos nuevamente para cumplir tu gran comisión. Hoy nos comprometemos nuevamente con el Calvario y con la sangre que nos ha liberado. Hoy nos comprometemos nuevamente, oh Dios, para llevar tu amor a todos los que necesitan valor, a todos los que carecen de alimento y abrigo, a todos los que sufren y carecen de alegría, a todos los enfermos y aislados, a todos los que están encarcelados, a todos los que anhelan un hogar y amistad.
Hoy nos comprometemos nuevamente para ser más osados, para aventurarnos en mares más anchos, donde las tormentas muestran tu maestría, donde perder la vista de la costa nos ayudará a hallar tus estrellas.
Oh Dios del pasado, corre el horizonte de nuestras esperanzas y guíanos hacia un futuro impulsado por la fe, la concentración y la fortaleza.
Y apresura el día cuando el Señor mismo descenderá del cielo con un clamor, con la voz del arcángel y la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán, y entonces, muchos de nosotros los que aún vivamos seremos arrebatados en el aire para encontrarnos con nuestro bendito Salvador en el aire, y para vivir con él por los ciclos sin fin de la eternidad.
Maranata, sí, ven Señor Jesús. Elevamos esta plegaria, en el majestuoso nombre de nuestro Salvador y Rey que pronto regresará.
Amén.

Rumania: presidente de la iglesia halla una comunidad activa de creyentes adventistas

jun 18, 2012 Bucharest, Romania
Nelu Burcea/ANN staff
Los adventistas de Rumania pueden usar su posición como la comunidad más numerosa de esa denominación en Europa para influir positivamente en la región, dijo el presidente de la iglesia en una visita reciente a ese país.
La semana pasada, Ted N. C. Wilson habló ante una audiencia de unos cuatro mil feligreses en el Salón del Palacio de Bucarest, que fuera en el pasado un punto de referencia del ex régimen comunista.
“Dios ha bendecido a su pueblo aquí en Rumania. Los bendijo con entusiasmo por su obra [y] los bendijo con amor por el mensaje adventista”, dijo Wilson. “Es bien conocida la lealtad que tienen para con la iglesia de Dios. ¡Qué privilegio ser parte de esta gran familia!”.
Wilson hizo un llamado a la feligresía de Rumania para que continúe adoptando la misión “unificadora” de la iglesia y apoyándola mediante la promoción de las iniciativas de la iglesia, como lo es por ejemplo el Proyecto “El conflicto de los siglos”.
Los miembros de iglesia de Rumania ya han distribuido más de medio millón de ejemplares de la clásica obra de Elena G. de White, una de las fundadoras de la denominación, dijo Teodor Hutanu, presidente de la Iglesia Adventista en el país.
Hutanu le dijo a Wilson que otras iniciativas de la iglesia, tales como la de “Reavivamiento y reforma” y la de “Misión a las ciudades” son “bien conocidas por los creyentes adventistas”.
“Es verdad que son el contingente más sólido y numeroso de adventistas en Europa”, dijo Wilson. “Refuercen la maravillosa bendición que Dios les ha dado para alcanzar a cada aldea, ciudad y pueblo”.
El impacto en la comunidad solo se puede producir, sin embargo, si los adventistas están “conectados personalmente con Jesús por medio de la fe”, añadió Wilson.
En Rumania, Wilson recorrió el Centro de Medios Adventistas, la Casa Editora Vida y Salud, el Instituto Teológica Adventista y un refugio de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales para víctimas de abuso doméstico.
“Aprecio cuán activa es la Iglesia Adventista de Rumania”, dijo Wilson después de reunirse y orar con el personal del refugio.
El sábado por la tarde, Wilson aprovechó la oportunidad de reunirse con jóvenes de la iglesia en el campus del Instituto Teológico Adventista, en Cernica. Durante una sesión de preguntas y respuestas, Wilson cubrió temas que fueron desde el estilo de vida cristiana y las creencias fundamentales adventistas hasta su vida personal como presidente de la denominación.
Bruno Vertallier, presidente de la División Euroafricana, quien acompañó a Wilson durante su  estadía en Rumania, se unió al líder adventista en la presentación de breves mensajes espirituales durante la sesión.
Más tarde, en una entrevista para Hope Channel, la red televisiva de la iglesia, Wilson felicitó a los jóvenes adventistas de Rumania por su “espiritualidad, profundidad y celo misionero”, y los animó a conservar la fe.
Tomado de ANN

Adventista elegido presidente de la Sociedad Bíblica Suiza


Adventista elegido presidente de la Sociedad Bíblica Suiza

mayo 30, 2013 Aarau, Aargau, Switzerland
Herbert Bodenmann/APD/ANN
Los delegados de la Sociedad Bíblica Suiza eligieron al teólogo adventista Reto Mayer como presidente de la organización durante el encuentro del pasado 24 de mayo, siendo la primera vez que un adventista es designado en ese cargo en los 58 años de historia de la organización.


Mayer, tesorero asociado de la División Intereuropea de la Iglesia Adventista mundial, con sede en Berna (Suiza), ha sido vicepresidente de la sociedad desde 2005. La Iglesia Adventista se unió a esa entidad en 1982.
“Espero que la gente vea [la Biblia] como una invitación de Dios, que los llama a vivir en una relación personal con él”, dijo Mayer a la Sociedad Bíblica Suiza el pasado 24 de mayo en una entrevista. “La distribución de la Biblia es algo cercano a mi corazón, por lo que es un placer para mí participar en esta obra”.
La Sociedad Bíblica Suiza fue fundada en 1955 como sucesora de la excoalición de Sociedades Bíblicas Suizas. Hoy día, la sociedad cuenta con 45 miembros, entre otros, de las iglesias evangélicas reformadas de los cantones, la Antigua Iglesia Católica, iglesias evangélicas independientes, sociedades bíblicas de los cantones, sociedades cristianas y grupos suizos que comparten la misión de la sociedad de distribuir las Escrituras.
La sociedad promueve estándares de traducción, producción y distribución de Biblias en Suiza y el principado de Liechtenstein.
La Sociedad Bíblica Suiza trabaja con más de 146 sociedades bíblicas nacionales que están unidas en la organización mundial Sociedades Bíblicas Unidas, y que buscan que la Biblia esté disponible en versiones modernas y fáciles para un mayor número de personas.
Tomado de ANN

En Kenia, fallo provisional exime a los adventistas de exámenes en sábado

Una unión de la División de África Centro-Oriental ha recibido un fallo provisional favorable que exime a los adventistas de asistir a clases y exámenes en sábado. Un vocero de la división dijo que espera que otros países de la región imiten este fallo. [fotografía de archivo de ANN]
 Jun 03, 2013
 Nairobi, Kenya
 ANN staff


La Corte Suprema de Kenia ha dado a conocer un fallo provisional para que las instituciones educativas públicas eximan a los estudiantes adventistas de asistir a clases en sábado, el día sagrado de reposo de los adventistas.
Esa orden inmediata se produce durante un caso que involucró a la Unión Misión de Kenia de la Iglesia Adventista contra el Ministerio de Educación y 26 instituciones educativas que no siguieron la garantía constitucional de practicar la religión propia sin restricciones. El juez que preside la corte analizará nuevamente el caso el próximo 6 de junio.
“Como líderes de la Unión de Kenia nos sentimos felices y satisfechos con el progreso de la causa judicial ahora que los líderes de las instituciones educativas respetarán la constitución y dejarán de negar a los estudiantes adventistas el servicio público que el gobierno intenta ofrecer a todos los kenianos”, dijo Samuel Makori, secretario ejecutivo de la Unión de Kenia. “Esperamos que el juez falle a nuestro favor porque estamos pidiendo la provisión de la Carta de Derechos Humanos de nuestra constitución”.
Makori dijo que los líderes de la iglesia llevaron el tema a la corte en julio de 2012, solo después de que los esfuerzos diplomáticos no dieron resultado.
“Incluimos a abogados adventistas que trataron el caso con patriotism y con lealtada a su país”, dijo.
Makori dijo al periódico The Standard que varios estudiantes han sido suspendidos en las instituciones de educación pública por no asistir a clases y exámenes en sábado. “Pagamos las costas legales del dinero de la iglesia para que se haga justicia a nuestros jóvenes”, dijo más tarde.
Los adventistas observan el sábado desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado.
Steve Bina, director de comunicaciones de la División de África Centro-Oriental de la Iglesia Adventista, dijo que esperaba que el fallo sea un ejemplo que sigan otros países. Bina dijo que los estudiantes adventistas de varios países de la división están pasando por problemas similares con algunos funcionarios de educación pública.
Tomado de ANN